Calle

Cuentan que la calle tiene sed de amor,
que sus amantes ya no pasean por sus bordes, ni por sus esquinas,
ni se miran por las ventanas.

La calle tiene sed de amor, de palabras, de pétalos de rosa, de chocolates, de besos, de ternura, extraña los líquidos de sal y azúcar derramados en las esquinas, en las escaleras, en los parques, en los bancos de la ciudad.

La calle tiene sed de amor, hambre de perfumes, de aroma de hombre, y piel de canela, grita el deseo de que la visiten, de que la pisen, que le marquen con tinta y saliva.

La calle tiene sed de amor urgente, antes de que llegue la expropiación.